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La Revista OJO entrevistó a Pedro Pedrosa

Esta entrevista fue realizada por Juan Sanoja para la Revista Ojo. Aquí, una parte de la publicación.

En un país polarizado hasta la médula, Pedro Luis Pedrosa es uno de los pocos intelectuales venezolanos que diserta sobre una tercera vía. De verbo mordaz, este consultor político con experiencia en Colombia, Panamá y México se ha dedicado en los últimos tiempos a difundir una tesis tan polémica como estremecedora: la oposición y el gobierno no son enemigos, sino cómplices. A través de su programa en Radio Capital y entrevistas en medios internacionales, el también profesor universitario se ha metido con Raimundo y todo el mundo. Sin guardar las formas, sin cuidar los signos de puntuación y los acentos, sin miedo a caer mal y ser odiado, con insultos y grosería de por medio, Pedrosa ha convertido sus redes sociales en una base militar que dispara contra el gobierno, dirigentes de la Mesa de la Unidad Democrática y seguidores acérrimos de la oposición venezolana. Su alharaca tuitera contrasta con el docente que, en el aula, es capaz de dialogar y debatir, ahora sí cordialmente, con cualquiera que piense distinto. Pedrosa tiene una maestría en Relaciones Internacionales, una especialización en Derecho y Política Internacional y recientemente estuvo nominado a los Napolitan Victory Awards, premios de asesoría política para consultores de habla hispana que se entregan en Washington D.C. En Revista OJO conversamos con el controvertible consultor y esto fue lo que nos dijo:

–Usted ha dicho en sus redes sociales que la MUD y el PSUV trabajan en conjunto. ¿Puede explicar esa afirmación?

–Bueno, lo primero que me hace pensar así es la aplastante evidencia que salta a la cara. No puede ser que después de 19 años procurando el poder, la oposición haya fracasado en sus pretensiones. Lo segundo que me hace pensar eso es ver cómo ha estado conformado desde 1958 el sistema político venezolano: este gira en torno a la captación de renta petrolera, a cómo y quién utiliza lo que se obtiene por la explotación del petróleo. Entonces, evidencias como la empresa Derwick Associates, que es una organización del ramo eléctrico que recibe contratos por 2 mil millones de dólares del Estado venezolano en apenas 14 meses, donde están involucrados familiares de políticos de la MUD como Henry Ramos Allup, son apenas la punta del iceberg. Eso es lo que te hace pensar, o te hace inferir, que no son oposición y gobierno: son el establishment político venezolano.

Otro de los ingredientes que tú le puedes sumar a esa receta es que no hay divergencias ideológicas entre los proyectos de Chávez en sus 14 años de gobierno, en lo que está haciendo ahora Nicolás Maduro y en lo que hizo previamente Acción Democrática y Copei. ¿El proyecto político de ellos consiste en qué? Utilizar la renta petrolera para repartirla entre algunos amigos, en el caso de empresarios, y para distribuir un poco de miseria entre los ciudadanos. Tú no escuchas en las ofertas electorales de ningún bloque la generación de 100.000 empleos, fomentar la inversión privada, aumentar el precio de la gasolina, liberar el control de precios y de cambio. Absolutamente nada de eso está en el lenguaje político venezolano. Por lo tanto, si son ideológicamente afines, si el modelo político venezolano está diseñado en torno a la captación de la renta petrolera y si la MUD, en cualquiera de sus versiones, lleva 19 años intentando llegar al poder, uno puede inferir, en función de esas tres cosas, que ellos no tienen aspiración alguna  de tomar el gobierno. Estos señores no son enemigos del PSUV, son socios.

–¿Votó en las regionales?
–No, no volveré a votar hasta que no se restablezca la república en Venezuela.

–¿Qué opina de la gente que fue a votar?
–Bueno, yo creo que son personas víctimas de la propaganda. Aquí el gobierno no es el único que hace propaganda. La oposición tiene un aparato propagandístico mucho más pequeño, pero muy eficiente. Este recurre a más gente, lo cual lo hace más peligroso aún. Tú sólo imagínate que dos o tres personas tengan la capacidad de transmitirle la verdad absoluta a la mayoría del país. Eso es peligrosísimo. El sueño de Joseph Goebbels.

–¿Cómo funciona ese aparato de la oposición?
–Eso es bastante fácil montarlo, pero lleva tiempo desarrollarlo. Todo proyecto político tiene unos dirigentes que construyen una agenda. Esta es sustentada y promovida por unos medios de comunicación que se alimentan de la clase política para la que trabajan a través de la obtención de publicidad o colaboraciones directas. Esos medios impulsan, a su vez, a lo que se llama una intelectualidad orgánica. ¿Qué es una intelectualidad orgánica? Personas que son queridas en el ámbito público, que tienen cierto reconocimiento por algún trabajo académico y que pasan a formar parte de la maquinaria de opinión. Los escuderos del proyecto político de la MUD y, en definitiva, del establishment, son estos ‘opinion shapers’, estos generadores de opinión. ¿Cuál es la función de ellos? Promover una idea, defenderla y sustentarla hasta llevarla al límite donde tenemos una cantidad de falacias que ruedan en la opinión pública. ¿Qué es una falacia? Parece verdad, suena bonito, pero es una mentira. Hay que ver el entramado de relaciones económicas que se han creado en un país al que están desangrando.

–¿No se siente sólo? ¿No tiene miedo de ir en contra tanto del gobierno como de la oposición?
–De sentirme solo, por supuesto que me siento sólo. Tengo alrededor a 4 o 5 personas que son mi equipo de trabajo directo que creen en lo que hacemos. Yo no tengo aspiraciones políticas. Sí, algunos me pueden ver como alguien peligroso, cosa que me halaga muchísimo, sobre todo si es de parte de estas personas que han secuestrado y que han saqueado al país, pero de verdad no creo significar un peligro para la clase política. Eso sí, por una persona que escuche, por una persona que trate de mirar en una dirección contraria a la que la opinión pública venezolana le ha impuesto durante los últimos 19 años, yo siento que he avanzado.

–¿Cómo hace gente como usted, que trata de irse por otra línea de pensamiento, para ganar peso en la opinión pública?
–Mira, yo tuve un profesor en la UCV que decía que para hacer política hacían falta tres cosas: dinero, dinero y más dinero. Ser oposición en Venezuela se ha convertido, de paso, en un muy buen negocio. ¿Por qué? Porque quien no llega a captar algún contrato directo, como la gente de Derwick, llega a la renta petrolera a través de una gobernación, una alcaldía o una diputación. Y hay más: quienes están fuera de los cargos haciendo han conseguido un negocio buenísimo en una cosa que se llama Agencias de Cooperación Internacional. Estas le meten una cantidad de dinero a organizaciones como Mundo sin Mordaza, Voto Joven, Balas por Balones… ese tipo de fundaciones que son, además de ONGs, filiales de partidos políticos. Entonces, ser oposición es un negocio muy rentable.
¿Cómo hacemos los que queremos ganar peso en la opinión pública? Primero hay que mantener la tenacidad y promover las cosas en las que uno cree. La evidencia va a seguir apuntando hacia allá. Poco a poco iremos viendo a gente que voltee hacia nosotros y tendremos que decirle a la gente: “Te lo dije”. La gente se está dando cuenta.

–Luego de que eso pase, ¿cómo sería la conversión hacia lo político, hacia la creación de esa tercera fuerza en el país? 
–Bueno, a todo proceso artificial impuesto, siempre hay una reacción natural. Ahorita mismo lo podemos observar con el tema de los desastres naturales: no es que el planeta esté molesto, no es que los terremotos y los huracanes sean una respuesta a que Trump no firmó el acuerdo del cambio climático. No. Si tú colocas algo artificial en el paso de un evento natural, en algún momento ese evento natural por reiteración, o por la fuerza que lleve, va a destruir lo artificial. Entonces, lo que nosotros tenemos en Venezuela hoy es la imposición de un modelo político por la vía de la creación artificiosa de una opinión falsa y de una cantidad de mentiras. Eso hará que la gente en algún momento, por un proceso natural, se dé cuenta de que ha sido engañada. Ya está pasando. Pero eso es un proceso de duelo. Es como la muerte. De hecho, yo creo que el país está empezando a atravesar esa situación y se va a presentar un vacío de desconfianza absoluta y de no creer en nadie.

–¿La gente compraría un discurso alejado del socialismo?
–Hoy más que nunca. El mejor momento para decir que el Real Madrid no sirve es cuando el Barcelona, su archienemigo, le mete 3 goles en el Bernabéu. Entonces, no hay mejor momento en la historia política de Venezuela para decir que el socialismo fracasó, para ofrecer trabajo, para ofrecer libertad, para ofrecer propiedad. Sin embargo, sale Carlos Ocariz diciendo: “Por ahí anda Héctor Rodríguez regalando neveras y lavadoras. Agarren todo lo que sea. Nos los vamos a chulear”. ¿Ese es el tipo de políticos que va a reconstruir Venezuela? No, vale, esa es una versión edulcorada del chavismo. La diferencia entre el líder y el demagogo es que el líder inspira, el líder busca obtener lo mejor de la gente. El demagogo ofrece.

–¿A quién ve de presidente en 2019?
–No estoy seguro ahorita.

–¿Habrá elecciones?
–Sí, por supuesto. Aquí nos encantan las elecciones. En Venezuela hay una muy buena y muy abundante democracia, lo que no hay es república. Y al no haber república, entonces la democracia es una payasada. Un negocio para consultores, para gente que hace franelas, pendones. Las agencias de material P.O.P. en este país deben estar felices con cada elección que se hace.

Creo que el candidato de la oposición va a ser Henry Ramos. Estoy convencido de eso. Si él gana es porque le habrá garantizado al chavismo absoluta impunidad. Agarrarán dos o tres chinitos de RECADI por ahí para que paguen todos los platos rotos. Luego se creará una nueva élite política y económica.

Lo que está sucediendo en Venezuela ya pasó en el período de Acción Democrática y COPEI. El politólogo Juan Carlos Rey lo expresa en su libro ‘La crisis de la democracia venezolana y el pacto populista de conciliación de élites’. Lo central para la dirigencia política es saber cómo se repartirán la cochina. El chavismo hizo exactamente lo mismo que adecos y copeyanos. Lo que pasa es que lo exponenciaron.

El problema en Venezuela no es que se metan con Empresas Polar. El problema en Venezuela es que no hay veinte empresas como Polar. ¿Por qué te digo esto? La familia Mendoza, siendo muy loable su labor hacia Venezuela, siempre supo acercarse al poder. Eso lo puedes ver tú en la película ‘CAP 2 intentos’. En esa película puedes observar quiénes fueron los que rodearon a Carlos Andrés en su primer mandato. ¿Por qué te nombro esa empresa? Porque quien hubiese querido hacer harina de maíz precocida en Venezuela para competir con Polar no lo hubiese podido hacer, porque Polar tenía los dólares preferenciales para la importación de insumos y materia prima. Por eso, en este país no se desarrollaron 20 empresas como esa. ¿Por qué te echo este cuento? Porque el chavismo hizo exactamente lo mismo. Lo que pasa es que no incluyó a la élite económica que venía jugando con Acción Democrática y Copei, sino que creó su propia élite. ¿Cuál era la campaña de Luis Herrera Campins? “¿Y dónde están los riales?”.
Es decir, este país ha crecido bajo este discurso: “Vota por mí porque somos ricos”. Y la gente pregunta: “¿Entonces por qué estamos mal?”. Y los políticos responden: “Ah, es que ellos no saben cómo repartir la riqueza. Cuando votes por mí yo la voy a administrar mejor”. Y ese fue el mismo discurso de Chávez, y ese es el mismo discurso de Rosales cuando ofrece Tarjeta Mi Negra, y ese es el mismo discurso de Capriles en su última campaña electoral, cuando ofreció aumentar el sueldo 40% y meter las misiones dentro de la Constitución. Es el mismo discurso. Aquí nadie habla de producción de riquezas en vez de distribución de riquezas. ¿Hace cuánto un político en Venezuela no ofrece crear 100.000 empleos en su primer año de gestión? Todos son la misma cosa. Y como eso es así volvemos a la pregunta inicial: No son oposición y gobierno, son socios. Son el establishment político que controla Venezuela.

Para leer la entrevista completa, haga click AQUÍ.

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