EL PROBLEMA DEL MARKETING POLITICO
Fue por varias circunstancias que comencé a ejercer este oficio, como en otras profesiones no fue necesario rodar mucho para entender “el estado del arte”. En otras palabras, sin importar el oficio o la profesión, hay quienes necesitan vivir mucho para percatarse de qué están haciendo bien o mal; otros detectan las virtudes y los vicios de su oficio sin mucho trajinar.
Este oficio se parece al del abogado, el letrado que ejerce su oficio paras servir a la justicia, evitará defender a un violador o a un asesino reincidente; para otros ese tipo de sujetos tienen derecho a un defensor (en efecto lo tienen) y asumen su defensa como un reto con el cual poner a prueba sus habilidades como abogado.
Aquí no se trata de cumplir o no la ley, se trata de una decisión personal, absolutamente legal, pero qué es ética y moralmente reprochable. Si hay conflictos éticos o morales en el caso de asesinos o violadores, ¿por qué no cuando de corruptos o estafadores se trata? en estos casos “el dinero habla” y las decisiones personales son difíciles; ya que, al oído susurra la necesidad y la ambición, ambas inherentes a la condición humana.
Lo hacemos sin conciencia alguna.
Tuve una conversación en YouTube sobre el tema venezolano organizada por Harvey Restrepo, mi interlocutor era mi paisano Luis “Toty” Medina, culminando la conversación cité la “moral” señalando “no recuerdo qué” como inmoral, “Toty” me respondió que “la moral es un privilegio de los espectadores”, yo no respondí para no alargar el debate, pero Toty con su breve frase, había JUSTIFICADO todo el régimen chavista.
Estoy seguro de que no se dio cuenta, que no lo hizo de mala fe, lo hace porque así pareces más astuto, más dispuesto a hacer lo que sea para ganar y porque desde los orígenes del oficio “la moral está desterrada de sus prácticas”.
¡NO! No se trata de calcar a Maquiavelo, suelen citar frases de “el príncipe” para jactarse de sus habilidades, pero es mucho más antiguo, Platón en la antigua Grecia les llamaba “sofistas” y se refería a ellos en estos términos:
“-estrategas retóricos, relativistas en lo que a la moral se refiere, poco interesados en la verdad, sugiriendo que todo lo que importa es el poder. Fueron unos mercenarios y charlatanes de feria que vendían sus habilidades al mejor postor sin ninguna visión del bien o del mal. Desplegaban una enorme capacidad para arruinar un argumento justo mediante otro injusto y utilizaban su inteligencia para confundir a la gente común-
¿Entonces somos sofistas?
Los sofistas que señaló Platón, persisten hasta nuestros días; justifican sus acciones so pretexto de “estrategas” o “comunicadores” mentir es gratis y no tiene consecuencias, lo hacen a través de las incumplibles promesas que lanzan sus clientes (candidatos políticos) o a través de una pantalla de televisión, creando debates fatuos y estériles totalmente divorciados de la realidad de los votantes.
En poco más de un siglo de democracia, la situación se ha ido agravando, si bien Thomas Jefferson dijo en los albores del nacimiento de los Estado Unidos que “es la opinión pública lo que garantiza la existencia de la democracia” ha sido precisamente manipulando la opinión que hemos llegando a la situación del presente en curso. Nadie intelectualmente honesto puede afirmar que las condiciones de vida de la población han mejorado, poseer más tecnología no es una señal de mejorar la calidad de vida, tampoco poseemos mejores democracias, hoy nuestros jóvenes enfrentan dificultades enormes para emanciparse, una hipoteca para ser propietario de un piso o una casa es prácticamente eterna y así podríamos enumerar un rosario de adversidades que presenta la sociedad contemporánea.
Entonces sería cuando menos sensato preguntarnos ¿para qué sirve la democracia? Pero como este artículo va del Marketing político como problema, entraremos en el tema. Tal como afirmó Platón, poco le importa a un sofista utilizar su talento en función de la verdad, y si a eso le agregamos que “lo importante es la victoria electoral” tenemos un coctel prefecto entre la urgencia inmediata y la falta de escrúpulos; entonces no hay limites para la creatividad así esta sea absolutamente descabellada, lo importante es ofrecer, no importa que la promesa sea incumplible, ni siquiera si el candidato sabe previamente que de ningún modo podrá cumplir lo que ofrece.
Por Favor reflexionemos.
No importa llegar al poder y ser incapaz de cumplir lo prometido; ya buscaremos un “gestor de crisis” que maquille los efectos de mentir, para mantenerme 4, 5 u 8 años en el poder.
Los problemas que genere en este mandato, se los dejaré a otro; otro que prometerá solucionar esos nuevos problemas, sabiendo que la única forma de solucionarlos no se puede mencionar en campaña, ya que nadie le votaría; sin embargo, ¡el show debe continuar!.
La industria política, debe seguir funcionando para enriquecer a uno pocos a expensas del esfuerzo de los votantes; por cierto, entre esas promesas incumplidas, esta aquella de irse del poder al terminar el mandato, para luego quedarse hasta… solo Dios sabe. Esos crean problemas que no les interesa solucionar porque se saben inmunes a una eventual salida del poder; también rodeados de sofistas que les guían en sus pretensiones. Sin importar los comentarios que este articulo genere, mi intención es hacer un LLAMADO A LA REFLEXIÓN.
Quienes tenemos la oportunidad de entregar nuestras habilidades a quienes regirán el destino de una nación; no podemos seguir dando la espalda a la realidad, ni justificando LA MANIPULACIÓN, como forma legítima de actuar.