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¿SERÁ ESTE EL DESCENSO DE BIDEN Y EL ASCENSO DE TRUMP?

Nos encontramos en el mes de las denominadas «elecciones de medio término» en los Estados Unidos de América. Las llaman así porque se llevan a cabo justo en la mitad del período presidencial y sirven como preludio de lo que puede venir en los próximos comicios. Frente a la polarización política que experimenta esa sociedad cabría preguntarse, ¿será este el descenso de Biden y el ascenso de Trump?

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Los pollitos no deben contarse antes de nacer, y aun así, este proceso será el reflejo del electorado en un momento medianamente cercano a la designación del presidente de los Estados Unidos. Igualmente, quedará esclarecida la correlación de fuerzas con la cual tendrá que lidiar el actual mandatario en el legislativo antes de culminar su período. No es cualquier tontería, como podrán apreciar.

En los próximos párrafos, revisaremos con cierto detenimiento los cargos en disputa el 8 de noviembre del presente año, un balance introductorio sobre la gestión de Joe Biden al frente del ejecutivo y lo que los números podrían sugerir de cara al 2024.

Una cámara completa y un tercio de la otra

El sistema electoral estadounidense alberga particularidades muy llamativas. Se debe, en gran medida, a que es una república federal. Comprenderlo en sus verdaderas dimensiones requiere un esfuerzo loable, ya que la mayoría de los demás países cuentan con sistemas electorales muy distintos. En referencia al Congreso, que es uno de los grandes protagonistas de este 8 de noviembre, verá renovada una cámara completa y un tercio de la otra.

Antes de desarrollar otros aspectos fundamentales, despejemos lo que sucede cada dos años en el legislativo. La Cámara de Representantes será elegida en su totalidad, es decir, sus 435 miembros por los próximos dos años. Por su parte, una tercera parte de los senadores —35 de los 100— serán designados para los próximos seis años, pues esta cámara se renueva por tercios cada dos años.

Sin embargo, el proceso no se limita al legislativo federal. Siendo la instancia más importante para el evento, no es la única. Varios de los estados —en concreto, 36 de los 50— y tres territorios especiales tendrán la tarea de designar a diferentes autoridades: llámense estos gobernadores, fiscales generales, tesoreros, secretarios o legisladores. Además, en 6 de estas entidades se llevarán a cabo referéndums. En otras, se efectuarán elecciones locales.

Los resultados pueden ser muy sugerentes respecto al 2024. Después de todo, son muchos cargos en disputa y todo el territorio estadounidense se verá involucrado en mayor o menor medida con el proceso. En las zonas donde no se elijan senadores ni autoridades estatales o locales, se elegirán representantes.

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La prueba del apoyo popular a mitad de camino

Parte de la importancia del fenómeno político en cuestión recae en que puede considerarse como una evaluación por parte del pueblo sobre la gestión gubernamental. Marcaría un antecedente para la eventual reelección o derrota del actual mandatario norteamericano. No es coincidencia que suceda justamente a dos años de iniciada una presidencia y a otros dos de abandonarla o de postergar su final por cuatro años más. De modo que es el turno de Joe Biden para aprobar o reprobar la prueba del apoyo popular a mitad de camino.

Como la mayoría de los gobiernos en el mundo, su administración se encuentra llena de luces y sombras. Le quitó el control del poder ejecutivo a un empresario espontáneo e irreverente en términos discursivos y cuya personalidad opaca a la de su sucesor en más de un sentido. De hecho, uno de los puntos que más le cuestionan a Joe Biden es su actitud «somnolienta» y «olvidadiza». Sin contar que su antecesor, Donald Trump, desconoció el triunfodel demócrata en los comicios del 2020.

También se le reprueba la inflación galopante que atraviesa el país actualmente, el rol que ha asumido su gobierno en los diferentes eventos internacionales recientes —como la retirada de tropas estadounidenses de Afganistán y la invasión rusa a Ucrania— y el estancamiento en la idea por implementar una política migratoria más «humana» y «solidaria».

Entre los aspectos destacables de su presidencia, se pueden mencionar los siguientes: ha mejorado el mercado laboral estadounidense después de la pandemia, se ha reducido el nivel de pobreza, destinó recursos a la recuperación de parte de la infraestructura pública y se han iniciado —o retomado— políticas para la preservación del medio ambiente.

La pelea continúa siendo entre Trump y Biden

Según los sondeos, las luces de sus escasos dos años no parecen superar sus sombras a dos años de haber iniciado su administración. Dicho en otros términos, los demócratas estarían por perder el control de la Cámara de Representantes y de quedar en empate técnico con los republicanos en el Senado. Este escenario abriría la posibilidad de que en 2024 la pelea continúe siendo entre Trump y Biden.

Ninguno de estos datos debería sorprendernos. Bajo el liderazgo de Donald Trump, el Partido Republicano ha cuestionado duramente a los mandatarios anteriores. Por supuesto que eso incluye a Joe Biden, quien fuera el vicepresidente durante el gobierno de Obama. Cuando pasó a liderar el Partido Demócrata en 2020, las críticas se enfilaron contra él.

A su vez, Donald Trump asoma cada vez que puede su intención de volver a la Casa Blanca y los resultados de este 8 de noviembre pueden empujarlo a decantarse por esta vía. Iría confiado sobre la base de la impopularidad del actual jefe de Estado y sobre la polarización que él mismo ha alimentado. Y de lograr imponerse en las urnas y en el colegio electoral, sería el segundo presidente estadounidense en ejercer dos períodos separados. El primero —y hasta ahora, el único— fue Grover Cleveland, a finales del siglo XIX.

Por supuesto, estamos cavilando sobre algo que podría ocurrir o no dentro de dos años. Los resultados de este año moldearán parte del futuro político estadounidense. Sin descartar eventuales sorpresas de aquí al 2024, se podría decir que definirá el porvenir de la polarización presente en esa sociedad y de la posibilidad de un segundo mandato de Joe Biden o del mismo Donald Trump.

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