Black lives matter, ¿Una sana protesta o un pretexto marxista?

En aguas revueltas ganancia de pescadores, es un adagio imperecedero en el mundo de los negocios, el deporte, el marketing y, con mucha más fuerza, en la política. Y eso es lo que está haciendo la izquierda americana con la trágica muerte de George Floyd.

La tesis de «odio racial» se cae ante la evidencia, ya que Floyd y el policía Derek Chauvin se conocían previamente. Aquello que empezó como una protesta contra un abuso policial se convirtió en disturbios y saqueos, actos condenados por la misma familia de Floyd.

La prensa de Latinoamérica, muy bien alineada con la corrección política, repite el discurso diseñado por la izquierda estadounidense y lo aprovecha para condenar «el racismo sistémico» en EE.UU., además de asociarlo con Donald Trump y las ideas conservadoras.

¿Y la gente de a pie que no entiende de política?

Pues se unen al coro de aquellos que condenan la esclavitud y el racismo, además usan #blacklivematter como un mecanismo para sentirse cool e inclusivos -sí, señores, vivimos en una época donde los sentimientos están por encima de las razones, pero mejor sigamos con el tema-.

Ahora bien, para pesar de muchos ingenuos que consideran que los negros fueron los únicos esclavizados en la historia de la humanidad, la palabra esclavo proviene de eslavo, justamente, porque los europeos esclavizaron a los habitantes de los Balcanes seis siglos antes de que el primer negro llegara a América.

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Además, los asiáticos esclavizaron a otros asiáticos, los africanos a otros africanos, los indios americanos a otros indios, etc. Y no estoy afirmando que esté bien, sino que fue una institución que acompañó a toda la humanidad, prácticamente, a lo largo de su historia.

Por otro lado, según estadísticas del Departamento de justicia de EEUU, el 70,3% de los asesinatos contra negros en los Estados Unidos de Norte América lo comenten otros negros, es decir, se trata de violencia intrarracial, fenómeno que se repite en otros grupos étnicos como lo muestra el gráfico siguiente:

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Por lógica, la imagen de policías blancos persiguiendo negros es un relato que bien podría servir para guión de cine, pero nada acorde con la realidad, aunque la realidad no es algo que le importe al progre promedio.

Además, el mayor exterminio de negros en el siglo 20 no fue cometido por los blancos occidentales, sino por los Hutus contra los Tutsi, ambos grupos son originales de Ruanda y de piel negra.

El genocidio de Ruanda fue un intento de exterminio de la población Tutsi por parte del gobierno hegemónico Hutu de Ruanda entre el 7 de abril y el 15 de julio de 1994, en el que se asesinó aproximadamente al 70% de los Tutsis, estimándose entre quinientos mil y un millón de personas asesinadas. La violencia sexual fue generalizada, con una estimación de doscientos cincuenta mil a quinientas mil mujeres violadas durante el genocidio.

Como vemos, bajo el eslogan de Black live matter, los marxistas del partido Demócrata están usando las mismas tácticas mentirosas que sus primos ideológicos latinoamericanos, con el único fin de destruir los cimientos fundacionales de los EE.UU. Además, Patrisse CullorsAlicia Garza y Opal Tometi, fundadoras del movimiento, están ligadas a Nicolás Maduro y su gobierno. Como se puede observar en la siguiente fotografía. 

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Quienes hoy alegan marchar contra la represión policial en EE. UU. han respaldado públicamente a un tirano que asesina y reprime a cualquiera (muchos negros incluidos) que levante la voz contra su tiranía.

Ahora bien, si las vidas negras importan, ¿por qué las principales víctimas de la destrucción provocada por el movimiento Black live matter son negocios que pertenecen a ciudadanos negros? Porque para estos señores no todas las vidas negras importan, sino aquellas que son funcionales a la causa marxista.

Pero, aunque la prensa progresista norteamericana intenta mostrar una hegemonía, los colegas latinoamericanos actúan como autómatas repitiendo el verso del racismo, y los «académicos», Álvaro García Linera, por ejemplo, hablan de la destrucción de la sociedad estadounidense, muchos conservadores negros salen a defender a los EE.UU. y sus tradiciones.

Verbigracia, los gemelos Hodge, dos talentosos hermanos con un agudo sentido del humor y sabiduría para sostenerlo. Ellos han producido algunos vídeos inteligentes, basados en investigaciones reales, para disipar el mito de que la mayoría de los policías son racistas. De hecho, ellos muestran que cuando se trata de esos raros policías corruptos, los blancos corren el mismo riesgo que los negros

Thomas Sowell también es una inspiración. El pasado 12 de junio tuiteó lo siguiente: «¿Hemos llegado a la última etapa del absurdo donde algunas personas son responsables de cosas que sucedieron antes de que nacieran, mientras que otras no son responsables de lo que ellos mismos están haciendo hoy?». Por eso tengo la enorme esperanza de que en noviembre la mayoría silenciosa estadounidense haga escuchar su voz y le dé el triunfo a Donald Trump.