América Latina: la región más pacífica Vs. la más violenta
América Latina es una región libre de conflictos armados entre países vecinos desde hace ya 25 años. La ausencia de guerras convencionales entre Estados por cuestiones territoriales ha cesado desde ese tiempo hasta la actualidad, y otros conflictos fueron canalizados por vías diplomáticas, además, se encuentra lejana geográficamente de epicentros de conflictos bélicos. Todo ello hace de América Latina una zona pacifica, sin guerras, privilegiando la cultura de buena vecindad. Sin embargo, no se puede afirmar que sea la región menos violenta. Es por ello que se plantea la dicotomía de, si América latina es la región más pacifica, pero la más violenta a la vez.
En el año 1648 se firman los tratados de Osnabrück y Münster dan fin a la Guerra de los 30 años en Europa. Dicho acontecimiento fue caracterizado por cuestiones de naturaleza religiosa dejando grandes cantidades de víctimas fatales. Estos tratados se conocen como “La Paz de Westfalia”.
A partir de este hecho histórico, el Estado emerge como único e indiscutible actor en el tablero mundial, el cual tiene, como elementos distintivos la soberanía, el reconocimiento por parte de sus pares y el control sobre sus espacios delimitados claramente por las fronteras.
El paradigma wesfaliano tiene como característica principal a los Estados como únicos e indiscutibles actores en el sistema internacional, suponiendo que los peligros y amenazas solo pueden provenir de otro Estado. Pero este paradigma ha ido mutando.
En la actualidad, las amenazas están caracterizadas por su transnacionalidad y protagonizadas por actores que no representan a una nación o no se encuentran en un territorio delimitado. Estos peligros son interdependientes y afectan a más de un Estado, por lo que estas cuestiones de seguridad no pueden ser resueltas de manera unilateral.
Estos fenómenos de distinta índole, por ejemplo, terrorismo, narcotráfico, delitos trasnacionales en general, etc, se los denomina bajo el nombre de “nuevas amenazas”.
Fuerzas Armadas y cooperación regional
América Latina padece el flagelo del crimen organizado transnacional y el narcotráfico. Estas dos amenazas se encuentran relacionadas una con la otra ya que los grupos criminales se mueven en un mercado negro de armamentos para operar en el negocio del narcotráfico.
Esta situación pone sobre la mesa dos discusiones que son importantes:
1) El rol de las Fuerzas Armadas de los países.
2) La cooperación entre los países de la región.
Los gobiernos actualmente debaten internamente sobre el rol que deben cumplir las Fuerzas Armadas en la coyuntura, y frente a las amenazas transnacionales vienen a movilizar la misión constitucional de defensa nacional y de disuasión de todas las fuerzas agregando un signo de preguntas al paradigma westfaliano, pero ¿realmente son disuasivas en comparación con grandes poderes mundiales?
Las preguntas giran sobre el eje: ¿Qué fuerzas armadas necesita en el actual escenario de seguridad?
Algunos países de la región han ampliado las misiones. Las Fuerzas Armadas prestan apoyo logístico a las Fuerzas de Seguridad, despliegan capacidades ante catástrofes y desastres naturales y, actualmente, se las ve en acción a partir de la pandemia del COVID – 19.
Por otro lado, las nuevas amenazas ponen en evidencia la falta de cooperación entre los países de la región para el tratamiento de estos temas. Cada Estado lleva políticas aisladas para combatir amenazas que no tienen fronteras y operan sin límites territoriales vulnerando fronteras de distintos países. La falta de consensos y la desarticulación institucional a nivel regional dificulta el abordaje de temas de seguridad de los Estados.
En conclusión, se puede observar un paradigma Westfaliano, que muta a partir de nuevas amenazas que ponen en jaque la seguridad de los Estados.
Emerge así una multi visión de las Fuerzas Armadas ampliando los roles de defensa nacional y de fuerzas de disuasión. No es menor que la fragmentación política regional se traslade también a la falta de cooperación entre los países en términos de seguridad ante amenazas trasnacionales que hacen de América Latina una región altamente violenta.