Estrategias fallidas

Desde que en 2016 Trump ganó las elecciones, la derecha parece estar recobrando fuerza en el mundo entero. Al parecer los electores están cansados de los discursos progresistas y del centrismo que cada vez se parece más a la cobardía.

En Brasil, Bolsonaro se alzó con la victoria a pesar de que sus rivales lo tildaban de homofóbico y fascista. Usaron cada una de las palabras de Bolsonaro para intentar desprestigiarlo. La estrategia falló. Entre más lo atacaban, más simpatizantes ganaba.

En España, Vox está siguiendo los pasos de la derecha mundial. El partido liderado por Santiago Abascal ha sabido convencer a los votantes españoles. El pasado 2 de diciembre se realizaron elecciones parlamentarias en Andalucía. Vox rebasó las expectativas.

Encuestas anteriores a los comicios, señalaban que Vox obtendría un máximo de seis escaños en el parlamento andaluz. La “derechita cobarde” (como la llama Abascal) y la izquierda de Sánchez y Pablo Iglesias subestimaron al enemigo. Vox se llevó doce escaños.

Es bien sabido que la moción de censura contra Mariano Rajoy fue un ardid de la izquierda española para obtener el poder. Sánchez prometió convocar elecciones, pero cumpliendo con su perfil de izquierdista, lo dejó solo en palabras.

Los españoles no eligieron a Pedro Sánchez como presidente de su gobierno. En algunos actos públicos registrados por la prensa española, se escucha a la población repudiar al nuevo presidente. Le exigen que convoque elecciones. Él solo da media vuelta y sonríe a las cámaras.

Mientras que la imagen austera de Pablo Iglesias se disuelve rápidamente ante la vista de los españoles y del mundo entero. El escándalo del chalet que adquirió junto a su pareja, Irene Montero, no pasó desapercibido ante la mirada de los ciudadanos de España. El comunista reveló su talante burgués.

Vox ha sabido utilizar de manera pertinente las contradicciones de los líderes de izquierda, pero también de los de derecha. Santiago Abascal formó parte de las filas del PP (Partido Popular), y desde el interior vio a la “derechita cobarde” dejando a España en manos de los izquierdistas que apoyan los regímenes dictatoriales.

El discurso de Vox supo convencer al electorado; inmigración controlada, reducción de impuestos, desaparición de impuestos sobre las herencias, prohibición de mezquitas que promueven la yihad, castigo a los golpistas que buscan dividir a España, y otras propuestas que tienen al pueblo español emocionado.

Ha comenzado ya la campaña para desprestigiar a Santiago Abascal y a Vox. En medios internacionales lo señalan como ultraderechista y fascista. Sus enemigos (entre los que se encuentra el amigo de Nicolás Maduro, Pablo Iglesias) convocaron a manifestarse contra el triunfo de Vox.

Como es de esperarse, los seguidores de Podemos no se manifestaron pacíficamente. La turba enardecida quiere detener el paso contundente de la derecha. Mueven su aparato propagandístico en detrimento de Abascal, al igual que lo hicieron con Trump, y con Bolsonaro.

Parecen no darse cuenta de que entre más los atacan, los votantes se identifican más con ellos. Convierten a los líderes de derecha  en víctimas de la intolerancia izquierdista. Los votantes, entonces, sienten empatía. Esa misma intolerancia es la que tienen que soportar los ciudadanos cotidianamente.

Vox está arrasando porque sus políticos son congruentes, no temen hacer propuestas a pesar de la indignación de algunos. En Vox no negocian con sus principios. La propaganda de la izquierda sólo servirá para que el auge de Vox alcance la presidencia del gobierno español.

@LouSalome_Mx