Lula aguarda y Bolsonaro resiste
Está por comenzar el último trimestre del año. Con él, la región nuevamente será testigo en primera fila de un proceso electoral para designar a las autoridades nacionales de un país en concreto. Nos referimos al gigante sudamericano: Brasil. En la tierra de la samba, Lula aguarda y Bolsonaro resiste. Por supuesto, el primero con miras a retomar la presidencia y el segundo con la firme intención de renovar su estadía en el cargo.
A continuación, realizaremos un breve recorrido por la gestión del actual mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, para luego presentar algunas observaciones respecto a su contrincante y al proceso comicial como tal.
El controvertido moralista Jair Bolsonaro
En lo que va de siglo, Brasil ha experimentado cambios de gobierno bastante interesantes. La centuria comenzó con Fernando Henrique Cardoso al frente del ejecutivo, un académico identificado como un socialdemócrata moderado. En 2003 fue reemplazado por Luiz Inácio Lula da Silva, seguidor de la corriente denominada como socialismo del siglo XXI. Su sucesora, Dilma Rousseff, fue depuesta en 2016 y profesaba las mismas ideas de su antecesor. Por casi dos años, el liberal conservador Michel Temer asumió la presidencia hasta el primer día del 2019. Desde entonces, el controvertido moralista Jair Bolsonaro ha ocupado la primera magistratura nacional.
Sus posturas políticas suelen ser descritas como conservadoras y nacionalistas, aunque él se considere a sí mismo como un centro derechista. También apela con frecuencia al catolicismo, brindándole un matiz moralista y religioso a sus alocuciones. Indistintamente de ese detalle que podría no ser el más relevante a la hora de llevar a cabo un análisis de este tipo, no es menos cierto tampoco que su gestión ha estado marcada por innumerables polémicas gracias a su estilo tan particular de dirigirse a los demás y de manifestar sus opiniones sobre los diferentes asuntos de interés general, así como por algunas acciones llevadas a cabo desde que asumió el poder.
Ejemplifiquemos su característico estilo discursivo. Durante el 2020, un año que difícilmente olvidaremos por la pandemia de la COVID-19, manifestó a finales de ese año: “Lamento a los muertos, lo lamento. Todos nos vamos a morir un día, aquí todos van a morir. No sirve de nada huir de eso, huir de la realidad. Tienen que dejar de ser un país de maricas”. Como podrán apreciar, sus mensajes suelen estar cargados de ironía —aunque también de una fuerte dosis de pragmatismo— y frecuenta un tono despectivo hacia aquello con lo cual no concuerda.
Un ex presidente que regresa al ruedo político
Como ya fue mencionado en párrafos anteriores, Luiz Inácio Lula da Silva ya fue presidente de Brasil en 2002. Fue reelegido en las elecciones del 2006. Es decir, lleva acumulados dos períodos constitucionales en el cargo. Sin embargo, tomando en consideración que es nuevamente candidato, se trata de un ex presidente que regresa al ruedo político para intentar ocupar por tercera vez el máximo cargo de elección popular en ese país.
Esta será su sexta candidatura presidencial. El dirigente que está por cumplir 77 años de edad ya aspiró a la primera magistratura sin éxito en 1989, 1994 y 1998. En este punto de su carrera política pensó en retirarse, pero el autoritario dirigente cubano Fidel Castro rechazó su nuevo proyecto de vida diciéndole: “Usted no tiene derecho de hacerle eso a la clase trabajadora”. De haberle hecho caso a su conciencia y no a su amigo caribeño, no se habría impuesto en las urnas en 2002, ni hubiera repetido su contundente victoria en 2006.
Más adelante, la buena valoración de su gestión se vio perjudicada por el estallido de algunos escándalos de corrupción en el transcurso de la segunda década de este siglo. Esta situación lo llevó a prisión por supuestamente haber recibido «regalos» de personas vinculadas a la empresa Odebrecht. No pudo presentarse a la contienda del 2018 —a pesar de ser el potencial abanderado de su partido y un probable ganador— por ese proceso judicial en su contra, demostrando de este modo que sus intenciones de volver a llevar las riendas de Brasil no surgieron hace poco, sino que lleva tiempo esperando el momento más oportuno.
Lula podría ganar su tercer período presidencial este año
De ser necesario el balotaje del 30 de octubre, Lula podría ganar su tercer período presidencial este año. Incluso es bastante probable que en la primera vuelta de este 2 de octubre supere a las demás candidaturas. Desde mediados del año pasado, los números en las encuestas más reputadas no son favorables para el actual jefe de Estado, abriendo la posibilidad de que el socialista Partido de los Trabajadores (PT) —que gobernó del 2002 al 2016 con Lula y Rousseff al frente— regrese al poder de la mano de quien fuera su candidato recurrente y el primero en llevar a la organización al Palacio de la Alvorada.
No obstante, no se pueden contar los pollitos antes de que nazcan. Durante los últimos meses —en pleno desarrollo de la administración Bolsonaro y de una polarizada campaña electoral— la brecha entre el primer y el segundo lugar según los sondeos se ha ido reduciendo paulatinamente. Expresado en otros términos, con el paso de los días más brasileños estarían dispuestos a reelegir a su actual presidente y evitar que Lula retome el cargo que dejó en 2010. ¿Le dará tiempo a Bolsonaro de remontar la ola y dejar atrás a Lula? El próximo mes lo sabremos.
El proceso electoral sobre el cual versa este escrito es, con toda seguridad, el más importante de lo que resta del año en toda Latinoamérica. Porque claro, en Estados Unidos se aproximan las elecciones de medio término, pero ese país no forma parte de la aludida región. Y aunque la realidad sea más compleja que la dicotomía entre la «derecha» y la «izquierda», veremos si Brasil continúa siendo gobernado por un controversial centro derechista o si el poder regresa a las manos de un viejo conocido socialista acusado en el pasado de supuesta corrupción.