Volver al siglo XX

Los recientes cambios en la política de América Latina parecen indicar que la Derecha toma cada vez más fuerza en el mundo. Sin embargo, algunos son los países que se niegan a abandonar la ideología de izquierda que los tiene sometidos a la pobreza más devastadora.

Mientras en Brasil apostaron por la privatización y el libre mercado, en México se apostó por los modelos caducos y anquilosados que ya se habían probado durante el siglo XX; mientras el  mundo busca modernidad, México elige la nostalgia.

Vargas Llosa llamó al sistema mexicano “la dictadura perfecta”: un solo partido gobernó durante ochenta años, las elecciones mostraban muchas irregularidades, el proselitismo y la propaganda se hacían con total desfachatez. El Partido de la Revolución Institucional era dueño de la democracia mexicana.

Durante aquellos años la figura del Presidente de la República era de vital importancia, el presidencialismo fue durante décadas el sostén de la vida política mexicana. La división de poderes era una mera ilusión jurídica, pues la palabra última la tenía el Señor Presidente.

Cabe señalar que el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, inició su carrera política precisamente en ese partido, el PRI. Eso podría explicar sus claras tendencias hacia el autoritarismo y hacia el retorno al presidencialismo. Todavía no toma posesión y su pasado priista  ya ha aparecido como una sombra del recuerdo de lo que fue el México de la dictadura perfecta.

Como presidente electo (no como presidente en funciones) organizó una consulta ciudadana para definir el futuro de un mega proyecto como lo es el Nuevo Aeropuerto Internacional de México, una obra cuya construcción representaba una oportunidad única en el desarrollo comercial de México.

La consulta la organizó MORENA, partido del próximo presidente de México. Las casillas fueron colocadas en los municipios donde MORENA tiene mayoría, no así en los lugares donde no son fuerza política. Las boletas no estaban foliadas; la tinta que colocaban en el pulgar después de votar, se desvanecía después de un rato -incluso se podía votar en diferentes casillas-; los datos de los votantes eran retenidos por MORENA y, por si fuera poco, las urnas con las boletas se resguardaban en la casa de sus militantes.

La Constitución mexicana contempla en su artículo 35 las disposiciones para realizar consultas populares, entre las cuales se encuentra el que sean convocadas por el Congreso y no por el Ejecutivo Federal. El resultado de la consulta se considera vinculatorio si participa al menos el cuarenta por ciento del padrón electoral.

López Obrador decidió no respetar la Constitución. En la consulta organizada por MORENA participaron a penas poco más de un millón de mexicanos, cuando el padrón electoral es casi de 90 millones.

México tenía nostalgia por el pasado. El presidencialismo está de vuelta y ya se ha hecho notar antes de la toma de protesta. Parece ser que se olvidó lo mucho que costó tener una democracia, y hoy se califica como democrático un ejercicio que no respetó a la Constitución.

Confunden la democracia con la pantomima. No olvidemos que incluso en Corea del Norte se realizan elecciones, aunque el candidato sea solo uno y la población se limite a responder “sí” o “no”.

La democracia sin apego a la Ley termina convirtiéndose en el verdugo de los ciudadanos. El tiempo esclarecerá si México logró trascender a la modernidad o prefirió volver al siglo XX.

@LouSalome_Mx