Deterioro del concepto hispanidad
El concepto de Hispanidad comienza a tomar forma en el reino de España, cuando, a partir del 1898, se pierden los últimos territorios españoles en América. Escritores destacados como Ramiro de Maeztu, Labra, Madariaga, Menéndez Pidal o Américo Castro coinciden en que hay tres cuestiones que lo conforman: raza, religión y lengua. Sin embargo, ya en el periodo de entre guerras, Altamira Crevea, que viajó largamente por toda Hispanoamérica, señaló que el hispanismo está constituido por algo más que estos tres elementos, e incorpora otros como la emigración (flujo), la identidad cultural (cristiana) o la expansión literaria (misiones). No se trata ya sólo de creencias o ideologías sino de algo vivo que evoluciona día a día y que se proyecta hacia el futuro.
Nace así el concepto de Hispanidad. Algo sublime que nos hermana con más de 500 millones de personas de distinta raza, religión e ideología que usamos un lenguaje común. Algo que muchos españoles desconocen –cuando no se avergüenzan- porque se ha enseñado mal en las escuelas, en los institutos y en las universidades. Es pertinente, establecer un claro debate entre conceptos y procesos históricos para mirar al futuro con la esperanza de que esta hermosa palabra – Hispanidad- que ha sido borrada de nuestro ideario, recobre el sentido que tiene para todos los hispanistas del mundo.
Es a su vez poco serio llamarse amante de la Globalización y la universalidad sin entender su hecho histórico nuclear, el imperio español, la mayor embajada que la cruz católica ha podido tener desde su existencia. En los siguientes apartados veremos una diada cronológica muy interesante para comprender los retos al abordar la Hispanidad como concepto y fundamento sociocultural, siempre abierto el mismo a matices en la aplicación política.
LEYENDA NEGRA:
Guerra mediática Según la Real Academia de la Lengua Española una leyenda es una «Narración de sucesos fantásticos que se transmite por tradición» y yendo un poco más allá leyenda negra es un «Relato desfavorable y generalmente infundado sobre alguien o algo». En el caso que nos ocupa ese «algo» es España, o más bien dicho la historia de España y su actuación a lo largo de la misma tanto en su propio territorio peninsular como en Europa como en la América española.
En todas las guerras o luchas entre pueblos, países, imperios, etc., es inevitable que explote la batalla de la información o de la desinformación entre los contendientes. Se cogen textos, ideas, noticias, cualquier tipo de información y se exageran aspectos negativos del enemigo o directamente se inventan con el objetivo de menospreciarlo y descalificarlo entre los suyos para así justificar las acciones contra él o insuflar más valor. Es una forma de convencer de que la verdad y la justicia están de su lado frente al malvado y bárbaro enemigo, al que hay que derrotar y eliminar.
Con esas historias queda plenamente justificado. Esto puede estar muy bien en tiempos de guerra en los que, como decimos, la primera víctima es la información y, con la distorsión de ella, la verdad, pero cuando estas leyendas e invenciones quedan fuera de los infaustos tiempos de guerra y continúan machaconamente repitiéndose o incluso sacando nuevas mentiras en épocas de paz o de normalidad entonces estamos ante un caso bastante más preocupante. Más cuando incluso muchos países, supuestamente aliados, continúan alimentándola y difundiéndola. Como diría Pérez Reverte: No me vendan ni historias negras ni rosas.
La leyenda negra anti-española lleva ronroneando junto a los oídos de los propios españoles y extendiéndose a nivel internacional en una forma constante y tozuda. Pero no solo en los considerados enemigos históricos de España, que buscan el menosprecio y manchar la imagen de España, sino también dentro de sus propias fronteras a partir de la guerra de la Independencia española a principios del siglo XIX con el enfrentamiento de los liberales con los partidarios del Antiguo Régimen y, en la actualidad, con los secesionistas que justifican su intención de separarse y distinguirse del resto de españoles inventando y exagerando supuestas maldades hispánicas. Para más inri en estos últimos años los argumentos leyenderos también se lo ha apropiado la izquierda política nacional e internacional justificando de esa manera disturbios, hechos violentos e insultos de lo más variados por algo que ocurrió hace varios siglos. Absolutamente delirante fuera de contexto época y decoro.
PRINCIPAL ENEMIGO ACTUAL: EL GLOBALISMO.
Desde el punto de vista hispánico la principal vitrina en la actualidad de lo previamente citado y detallado es el multilateralismo y europeísmo orgánico, el cual busca separar y borrar los lazos universales a nivel sociocultural de naciones cristianas como España o Francia más allá de la península y continente europeo, su grandeza y dimensión. Esta intención es clara, que occidente pase de ser fabricante y generadora a cliente o customer de los intereses de estas élites, una generación de relevo dejada y entregada a órdenes foráneas lejanas y mediáticamente idolatradas por sus tentáculos ideologizantes. Es francamente necesario desde Europa que sus hijos culturales (europeos locales y americanos occidentales) nunca permitan que su llama universal se apague; porque detrás de esta visión eurocéntrica hay una inmensa renuncia a Europa y sus pilares fundamentales: DIOS, PATRIA y FAMILIA= SOCIEDAD.
El futuro de occidente y el humanismo cristiano está en juego, hay que ganar el partido en casa en contra del nuevo enemigo, el bloque euroasiático.
POR | Enrique Morales