Un llamado de atención a Pedro Sánchez

El pasado 4 de mayo tuvo lugar uno de los eventos electorales más polarizados de la historia reciente en España: las elecciones para el parlamento de la Comunidad de Madrid. Dos bloques diferenciados, izquierda y derecha, se midieron para ver cuál obtendría la mayoría en una de las autonomías más importantes de España. El resultado de esta contienda solo puede definirse como un llamado de atención a Pedro Sánchez.

Seis candidatos se enfrentaron en campaña por la mayor cantidad de curules del parlamento de Madrid: Isabel Díaz Ayuso, del Partido Popular (PP) y expresidenta de la Comunidad; Pablo Iglesias, de Unidas Podemos y exvicepresidente del gobierno español; Ángel Gabilondo, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE); Edmundo Bal, de Ciudadanos; Mónica García, del partido Más Madrid; y Rocío Monasterio, de Vox.

El resultado de las elecciones fue abrumador: la derecha arrasó en prácticamente todos los municipios (177 de 179) y en los 21 distritos de Madrid, siendo el PP el más votado en cada uno de ellos. La distribución de escaños quedó de la siguiente manera: PP: 65, Más Madrid: 24, PSOE: 24, Vox: 13, Unidas Podemos: 10. El partido Ciudadanos no consiguió ningún escaño. Entre el PP y Vox suman 78 escaños, suficientes para establecer un gobierno de derechas.

Victoria aplastante

El triunfo de la derecha es un duro golpe al gobierno del socialista Pedro Sánchez, una victoria aplastante que es un presagio de lo que podrían ser las elecciones para el congreso de la nación en 2023.

Las malas políticas del gobierno español liderado por Sánchez y, hasta hace poco por Iglesias, el manejo errático de la pandemia y los excesivos controles sanitarios, el aumento de los servicios básicos y el impacto al bolsillo del trabajador, dieron la primera consecuencia adversa para el PSOE y la izquierda española en general.

De repetirse este escenario, el gobierno de la izquierda tiene las de perder en las próximas elecciones. Bastaría que el PP, en conjunto con Vox, hicieran un gobierno decente en Madrid y que la derecha cuente con una estrategia de comunicación y propaganda adecuada para lograr este objetivo.

Una gran estrategia comunicacional

Isabel Díaz Ayuso logró capitalizar para sí todo el triunfo en las elecciones debido a su impecable campaña de propaganda, al diseño de una gran estrategia comunicacional.

Desde el día uno, al abandonar su cargo como presidenta de la Comunidad de Madrid ante la posibilidad de que la izquierda unida emitiera una moción de censura en su contra, Díaz Ayuso inició una campaña por las elecciones que coronó con el lema “comunismo o libertad”, cuando Pablo Iglesias anunció que renunciaba a la vicepresidencia para postularse.

Su equipo de campaña explotó esto último de una manera extraordinaria al argumentar que Díaz Ayuso ya había hecho un gran favor a España al sacar a Pablo Iglesias de la Moncloa.

¿El fin de Iglesias?

Más allá del resultado electoral, lo más destacado de la jornada fue el anuncio de Pablo Iglesias de abandonar la actividad política. El “coletas” anunciaba su retiro “irrevocable” de la política española. Muchos se preguntarán si es el fin de Iglesias.

Iglesias argumenta que se encontraba cansado de ser “el chivo expiatorio” de los males de España y que entendía que “cuando ya no se es útil, hay que apartarse”. Por esta razón decide retirarse de la actividad partidista y política, separándose definitivamente de cualquier cargo.

A diferencia de Albert Rivera, el exlíder de Ciudadanos, quien renunció de una manera sumamente profesional, asumiendo toda la responsabilidad del fracaso de su partido y entendiendo que el culpable era él, Iglesias prefirió ceder la culpa a terceros, victimizándose con el argumento del “chivo expiatorio”.

La realidad es que el resultado de Unidas Podemos en las elecciones se debió a la pobre campaña de su partido, que entronizó su figura personal, y su pésima actuación como vicepresidente de gobierno, amén de su relación con los regímenes más liberticidas del planeta, como el venezolano.

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Una victoria que celebrar

En política no hay irrevocables ni muertos. La renuncia de Iglesias puede ser simplemente un método de alejar a la opinión pública de su figura mientras él continúa influyendo en su partido. Sin embargo, el triunfo de la derecha en Madrid y el efecto que creó sobre Iglesias y la izquierda española en general es una victoria que celebrar.

El PP tiene la oportunidad de hacer un buen gobierno en la comunidad de Madrid en conjunto con Vox, asegurando así una buena posición pensando en las elecciones nacionales de 2023. Si se mantienen en la línea de la campaña de Díaz Ayuso (comunismo o libertad), la izquierda española tendrá mucho que plantearse de cara al futuro.

Finalmente, si ya España le debía a Isabel Díaz Ayuso el haber sacado a Pablo Iglesias de la Moncloa, ahora le debe también su retiro de la política. A pesar de que esto puede ser solo temporal, sigue siendo una buena noticia para España y para todos los amantes de la libertad en el mundo.

Salud, pues, por la victoria, y ¡que viva España!